Hilya nin!


3: Regalos

Ya había oscurecido cuando Ned Peloliso caminaba por el camino desde Bree hacia Hobbiton. No era tan amigo de tales viajes, no señor, pero hacía pocos días que se habían reunido en Bree los mejores mercaderes de la región y hoy era el último día en el que ofrecerían sus mercancías: juguetes hechos por enanos de la Montaña Solitaria; telas del sur, bordadas por damas altas y de blancas manos, orfebrería hecha por elfos que aún no cruzaban el gran mar... en fin, cosas hermosas que muy pocos ojos de la comarca podrían apreciar. Él había partido apresurado a media tarde -apenas se había enterado, en realidad- luego que Sam Matagruesa se lo dijera al pasar -él siempre estaba enterado de todo-. Ned, no pudo menos que querer ir para comprar un lindo obsequio para Petunia Bellojunco, la que por primera vez lo había invitado a cenar a su casa, la noche siguiente (no tenía muy clara cual sería la razón o si sería que Violeta le habría dicho algo... -las había visto reírse mucho a escondidas últimamente- pero, en realidad no importaba, estaría con Petunia, y eso era lo importante...) y él en esta importante ocasión quería llevarle un hermoso presente que impresionara a aquella que hacía latir más rápido su corazón.
Ned, sin embargo, se vio enfrentado a una difícil tarea, todo era tan hermoso que no sabía por donde partir, así que luego de varias horas logró escoger dos obsequios: uno era un lindo vestido hecho para una niña humana, color rosa pálido y con hermosos bordados, que a Petunia le sentaría de maravillas y que podría estrenar para el día de su cumpleaños -se lo daría a nombre de Violeta y de él, así no parecería tan atrevido- y luego halló una pequeña sortija labrada primorosamente, con una piedra ambarina -como el color de sus ojos, pensó Ned- llena de pequeños brillos que parecían bailar en su interior... -ésta, se dijo a sí mismo, se la daría en el momento que se encontraran a solas, luego de comer-.
Una vez que hubo guardado todo, se dispuso a regresar, aún tenía tareas que hacer en casa, y el sol ya estaba por ponerse, así que apresuró su paso y se puso en camino.

Llevaba ya un buen rato junto a su poney e iba cantando una de las típicas canciones hobbit para el camino, cuando lentamente empezó a sentir otra voz que se acercaba desde atrás -una voz a sí no puede ser mala, no señor- se dijo a sí mismo, así que se detuvo y esperó:
- Almarë elendil! -dijo el recién llegado, el que a todas luces era un elfo...
- Aiya! -respondió Ned- pero temo que me has confundido, mi nombre no es Elendil; mi nombre es...
- Yo no te he dado otro nombre -lo interrumpió- sólo te he llamado amigo de los elfos...

Ned no supo que responder, no había aprendido tanto élfico como para poder saberlo, pensó, aún intrigado preguntó:
- ¿Y cómo has podido saberlo?
- Puedo verlo en tu mirada - espondió, pero al ver la cara de pregunta que puso Ned no pudo menos que reír- en realidad te reconocí antes de que salieras de Bree, te he visto un par de veces con Handin, y pues, todo amigo de él es amigo nuestro también.
Ned se relajó - ¡ah! Con que era eso... -y sonrió- por cierto, mi nombre es Ned Peloliso de los Hierbabuena de Cavada... Y vos, Quentuvalyë nin esselya?
- ¿Que te diga mi nombre? -repitió sonriendo- veo que Handin ha llevado a cabo una magnífica tarea al enseñarte el quenya -y agregó- me llamo Isilion lo que en vuestra lengua quiere decir "Hijo de la Luna".
- Gracias por tu gentileza, Isilion, pero exageras, no he logrado aprender más que unas cuantas cosas, y el pobre de Handin se ha llevado ya varios dolores de cabeza conmigo...
- Pero muchas gentes no saben nada -intervino Isilion- y es un gran honor el que quieras aprender de nosotros, los que pronto seremos olvidados en la Tierra...

El rostro de Ned se lleno de tristeza, amaba esas voces claras y esos ojos que atrapaban la luz de las estrellas... estar con ellos un momento era como estar al principio de los tiempos, y la paz que inspiraban era tal, que el corazón se sentía ligero y el cansancio desaparecía...
- ¡Ned! -lo llamó Isilion- Ned, Massë nalyë?
- Ah... ¿ah? ¿Qué me dices? -dijo el aludido, espabilándose...
- ¿Dónde estás? Te preguntaba... ¿que pensabais tan meditabundo?
- Únat, Nada, no es nada... cosas que se me vienen a la cabeza -y luego agregó- ¿sabes? Mañana iré a visitar una dama, y me gustaría poder decirle unas frases hermosas junto con los presentes que le llevo... ¿Podrías ayudarme?

Isilion lo miró con atención... si bien Ned había procurado decirlo con la mayor naturalidad del mundo, algo en él hizo que sin decir nada más Isilion supiera lo que Petunia Bellojunco significaba para él...
- ¡Por supuesto que os ayudaré! -dijo sonriendo con dulzura- a ver, mostradme esos presentes...

Desmontaron y se sentaron bajo la sombra de un olmo, mientras Isilion se tendía sobre la hierba fresca a observar la aparición de las primeras estrellas, Ned encendió el pequeño farol que llevaba junto al poney, y sacó los paquetes envueltos en papel de seda azul, deshizo el gran lazo que ataba el paquete más grande y sonrió orgulloso mientras lo levantaba...
- Vanya colla! -exclamó Isilion- es un bonito vestido en realidad... te dijeron mallo túla?
- ¿Que de dónde viene?, no en realidad no lo se, sólo dijeron que venía hairë nórellon hyarmessë
- ¿De las lejanas tierras del sur? ... a pesar de tu modestia Handin os ha enseñado bien -y mientras tomaba el vestido agregó- si, probablemente venga de las tierras de Gondor, he oído decir que existen hábiles bordadoras en su pueblo.
- Creo que se verá muy bella -añadió más tarde- ¿Qué tal si cuando se lo entregues le dices "Sina lá lá túra carië lë yonta vanya, a lissë-lossë, nan ocólien hairallo sina nucuma anna len"?
- ¿Y eso que quiere decir? -pregunto Ned-.
- "Quizás esto no pueda haceros más bella, oh dulce flor, pero he traído desde lejos este humilde obsequio para vos"
- Suena hermoso... realmente hermoso -contestó Ned luego de una pausa, aún ruborizado ante la sola idea de decirle semejante cumplido a Petunia-.

Isilion observó atentamente a Ned, y con un guiño de picardía agregó:
- Bueno, también puedes decirle solamente "Panta sa, selerinya ar inyë ocólier sina pitya anna len" o sea "Ábrelo, mi hermana y yo te hemos traído este pequeño regalo"...

Ned no pudo menos que reír:
- ¡Está bien! Tú ganas, ya veo que no puedo ocultártelo...
- Sí, yo gano, pero no te preocupes amigo, muilelya yéva muina: tu secreto estará oculto...
- No lo dudo -dijo mientras abría el segundo paquete-. ¿Y qué me sugieres con esto?

Durante un momento Isilion permaneció en silencio observando la sortija y murmuró en voz baja como si hablara con alguien oculto en un lejano pasado...
- ¿Qué es lo que te gustaría decirle? -preguntó luego de unos instantes-.
- No lo sé, quizas decirle que he buscado este anillo especialmente para ella.
- Mmmmm... -Isilion meditó brevemente- quizás decirle simplemente "Ocólien sina corma len ilya melmenyanen: "He traído este anillo para vos con todo mi amor"... u "órenyallo", "desde mi corazón"...
- No sé... -contestó Ned, mientras se miraba los dedos de los pies- Mmmmm... ¿qué fue lo que murmurabas hace unos momentos?
- ¡Vaya! ¡Me oíste! -dijo Isilion mientras volvía a tenderse de cara a las estrellas-. Recordé que una vez yo también regalé una sortija como esa en la que el sol parecía quedar atrapado... pero, mis palabras aquella vez tenían un destino diferente... -y cerrando los ojos agregó: Ocólien sina corma len maquetien, méralyë vesta ni?; ar sin nai cala hendelyato laituva i hendenyat, ar sílë findelyo caluva tienyanna oialë... y en voz baja continuó - "He traído este anillo para vos para preguntaros, ¿deseas casarte conmigo?; y que así la luz de tus ojos bendiga los míos, y que el brillo de tu cabello ilumine para siempre mi camino..." - luego de una pausa, suspiró.

Tímidamente Ned preguntó:
- ¿Y ella qué te dijo?
- Aceptó... hace ya mucho, y vivimos largos años bajo el Bosque Verde antes que la sombra lo alcanzara nuevamente, pero ella ya partió hacia los puertos grises y yo pronto la seguiré...

Ned guardó silencio y luego de un buen rato reemprendieron juntos la marcha, mientras Isilion le contaba historias de lugares lejanos.
Cuando ya llegaban al desvío del camino del Oeste Isilion bajó de su caballo y se acercó a Ned.
- Bien meldonya, mi amigo, es momento de despedirse...
- ¿Te volveré a ver?
- No lo creo... el peso del tiempo ya es demasiado grande para nosotros, y ya son pocos los de mi pueblo que aún permanecen en la Tierra Media...
- Namárië... Namárië... adiós... -contestó Ned entristecido.

Isilion esbozó una sonrisa triste.
- No digas namárië, di mejor tennoio, hasta siempre... -y mientras decía esto desprendió el broche de su capa, una hoja labrada en plata, y lo colocó en el pecho de Ned- Lem, enyalien ni... Para ti, para que me recuerdes...
- Hantalë Isilion, gracias... Enyaluvan le oialë, te recordaré siempre.

Isilion echó su capucha sobre su cabeza y emprendió su camino mientras Ned permanecía en el cruce sobre el poney... antes de perderse de vista, detuvo su caballo y alzando la mano se despidió:
- Mára valto, ¡Ned! -y desapareció-.
- Tennoio! -contestó Ned, y con desgano, azuzó a su poney el que avanzó lentamente por el sendero...
- Mára valto... -murmuró para sí- buena suerte... vaya que la necesitaré, si señor necesitaré mucha suerte... y valor, para estar a solas con Petunia... -y dándole unas palmadas a su montura agregó en voz alta- ¡En fin! Hilyal' arin yéva vinya ré, La mañana será un nuevo día... vamos a casa Cola-gris , Violeta debe estar esperándome para cenar....


REPASO

OFRECER REGALOS

Para ti = Len.
Ábre-lo = Panta sa.
He traído (yo) = Ocólien (traer, portar = col-; he, has, ha... traído = o-cól-ie-; yo he traído = ocólie-n); este pequeño regalo = sina pitya anna; para ti = len.

RECIBIR REGALOS

¡Gracias! = Hantalë!
¡(Qué) bonito! = Vanya!
¿De dónde viene? = Mallo túla?
Siempre te recordaré = Enyaluvan lë oialë (recordaré, recordarás... [futuro] = enyal-uva; yo recordaré = enyaluva-n; te recordaré = enyaluvan lë; siempre = oialë).

ALGUNOS PIROPOS, CONFIDENCIAS Y DEMÁS...

Esto no puede = Sina lá túra; embellecerte más (lit. "hacer-te más bella") = carië lë yonta vanya; ¡oh! = a; dulce-flor = lissë-lossë.
Ójala (la) luz de tus ojos = Nai cala hendelyato (ojo = hend-; tu ojo = hende-lya; tus dos ojos [dual] = hendelya-t; de-tus-ojos = hendelyato); bendiga los (ojos) míos = laituva i hendenyat.
Ójala el brillo de tu cabello = Nai sílë findelyo (cabello = findë; tu-cabello = finde-lya; de-tu-cabello = findely-o); ilumine mi camino (lit. "ilumine hacia mi camino") para siempre = caluva tienyanna oialë (mi-camino = tie-nya; hacia-mi-camino = tienya-nna).
¿Quieres casarte conmigo? (lit. "¿Quieres-tú casar-me?") = Méra-lyë vesta ni?
Tu-secreto estará oculto = Muile-lya yéva muina.

SALUDOS (Enyalië)

¡Saludos! = Almarë!
¡Hola! = Aiya!
¿Me dirás tu nombre? = Quentuvalyë nin esselya?

DESPEDIDAS (Enyalië)

¡Adiós! = Namárië!
¡Hasta siempre! = Tennoio!
¡Buena suerte! = Mára valto!

MISCELANEA

Amigo de los Elfos = Elendil.
Hijo de la Luna = Isilion (Luna = Isil; hijo de = -ion).
¿Dónde estás? = Massë nalyë?
Nada = Únat.
En el sur = Hyarmessë.
Pero = Nan.
Preguntar = Maquetië (partícula interrogativa = ma; decir = quet-).
Así = Sin.
Amigo mío = Meldonya.
Mañana (lit. "(la) siguiente mañana") = Hilyala arin; será (un) nuevo día = yéva vinya ré

1. Saludos
2. Despedidas
4. En una fiesta (1)

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