El vicio no-tan-secreto de Tolkien

En 1931, Tolkien escribió un ensayo acerca del pasatiempo algo peculiar de inventar idiomas privados. Llamó al ensayo "Un vicio secreto" ("A Secret Vice"). Pero en el caso de Tolkien, el "vicio" apenas puede llamarse secreto ahora.

Qué en realidad pasa dentro de la cabeza de un hombre que toda la vida juega con construcciones lingüísticas grandísimas que no han existido nunca fuera de sus propios apuntes? Una cosa tiene que ser perfectamente clara: Hizo mucho más con estas lenguas de lo que pudiera en su vida esperar incluir en sus cuentos. Es verdad que hay algunos poemas élficos y un enjambre de nombres exóticos en los anales de la Tierra Media, pero no obstante, no es nada comparado con la totalidad de la creación de Tolkien. En TyTy #6, Lisa Star nos informa que su propia lista de palabras publicadas contiene doce mil entradas. Estamos hablando de construcciones lingüísticas grandísimas. ¿Cómo empezó? ¿Cómo fue hecho? ¿Y por qué?

 

El joven John Ronald Reuel en el mundo nevbosh-hablante

Un día cuando el siglo veinte era tan joven como ahora es viejo, el adolescente Tolkien se sintió aturdido de oír un par de niños comunicando en animálico. Esto fue un idioma primitivo paral juego que mayoritariamente consistió de palabras ingleses para animales. Los inventores del animálico no intentaron mantenerlo secreto, y el joven Tolkien aprendió una parte de ello pronto. En su ensayo Un vicio secreto (publicado en MC p. 198-219), da un ejemplo de animálico: Dog nightingale woodpecker forty ("perro ruiseñor cuarenta"), que se traduce como "eres un burro". (En animálico, forty (cuarenta) quería decir "burro", y claro que donkey (burro) quería decir cuarenta...)
El animálico pronto volvió lengua muerta, pero algunos de los jovenes continuaron sus juegos lingüísticos. Inventaron una lengua que se llamó nevbosh (esto seyendo nevbosh para "nuevo disparate" -- el disparate reemplazando a animálico, evidentemente). Tolkien no fue el origen de este idioma, pero según él mismo, contribuyó al vocabulario y ayudó a estandarizar la ortografía. "Fui miembro del mundo nevbosh-hablante," recuerda con orgullo.
Nevbosh fue en su mayoría una mezcla de palabras inglesas, francesas, y latinas muy distorsionadas. No representó un rompe genuino con inglés u otros idiomas normales. Más de veinte años después de que volvió lengua muerta, Tolkien todavía podía recordar un fragmento conectado, al cual llama "idiótico":

Dar fys ma vel gom co palt 'hoc
pys go iskili far maino woc?
Pro si go fys do roc de
Do cat ym maino bocte
De volt fac soc ma taimful gyróc!'

 

Los rimas pueden preservarse en traducción al inglés: "There was an old man who said 'how / can I possibly carry my cow? / For if I was to ask it / to get in my pocket / it would make such a fearful row!' " ("Había un viejo que dijo, '¿cómo voy a llevar mi vaca? Porque si le pidiera que entrara en mi bolsillo, haría un ruido tremendo!")
Pero para Tolkien, la simple distorción de palabras ya existentes (como woc = "cow" [vaca]) no bastaba para siempre. Ya entre los niños nevbosh-hablantes emergió algo más sofisticado: palabras que no tenín ningún enlace con una fuente específica, pero que aparecieron simplemente porque parecían caber con sus significados -- porque la combinación de palabra y sentido dio placer a los jovenes. Tolkien menciona una palabra lint "listo, ingenioso". El joven John Ronald Reuel nunca olvidó esta palabra: cuarenta años después hizo a Galadriel cantar como los años en la Tierra Media habían pasado ve lintë yuldar lissë-miruvoreva, como sorbos rápidos de dulce hidromiel...
El tiempo pasó, y el nevbosh se juntó con el latín y el gótico en la lista larga de lenguas muertas.Pero Tolkien, todavía niño, ya estaba planeando uno de sus primeros idiomas totalmente privados: el naffarin. Menciona una frase naffarin para ilustrar, pero no hay ninguna traducción: O Naffarínos cutá vu navru cangor luttos ca vüna tiéranar, dana maga tíer ce vru encá vün' farta once ya meröta vöna maxt' amámen. Aunque el naffarin supuestamente incorporó algunas de las etapas más tardes de nevbosh, ya sentimos un movimiento hasta formas "élficas". El naffarin fue inspirado por el latín y el español, pero Tolkien quedó por encontrar dos fuentes incluso más poderosas.

 

Tras la puerta del sótano de galés a la candiotera finlandesa

Una cosa era importante para Tolkien. Los idiomas debían ser bellos. Sus sonidos deben dar placer. Tolkien probó unos idiomas, y sus gustos eran bien afinados. El latín, el español, y el gótico eran lindos. El griego era excelente. El italiano era maravilloso. Pero el francés, a menudo aclamado como idioma bello, le daba poco placer.
Pero el cielo mismo se llamaba galés. En su ensayo "El inglés y el galés" ("English and Welsh"), Tolkien recuerda que una vez vio las palabras Adeiladwyd 1887 ("fue construido en 1887") cinceladas en una losa de piedra. Fue una revelación de belleza. "Traspasó mi corazó lingüístico," recuerda. Resultó que el galés era lleno de tantas palabras maravillosas. Tolkien encontró difícil el comunicar a otros lo que de veras era tan increíble en estas palabras, pero en su ensayo hace un esfuerzo honesto: "La mayoría de hablantes de inglés... admiten que cellar door (puerta de sótano) es bello, especialmente si se lo divorcia de su sentido (y de su ortografía). Más bello que, por ejemplo, sky (cielo), y mucho más bello que beautiful (bello). Bueno, pues, en galés para mí cellar doors son extraordinariamente frecuentes; y pasando a una dimensión más alta, las palabras en las cuales hay placer en la contemplación de la forma y el sentido son abundantes." Luego da una lista de ejemplos concretos: el galés wybren seyendo "más agradable" que el inglés sky. -MC p. 190-193
Pero había más placeres esperando al joven Tolkien. Un día encontró... una ¡¡¡gramática al finlandés!!! Pronto se encontró en una ecstasía fonestética. "Era como descubrir una candiotera completa, llena de botellas de un vino asombroso de un tipo y sabor nunca tocado antes. De veras me intoxicó" (Cartas:214). Emborrachado por el finlandés, desechó su último proyecto ("crear su propio idioma germánico"), porque ahora había encontrado inspiraciones más poderosas.
Muchos años después, dijo que las lenguas élficas "pretendían (a) ser definitivamente de tipo europeo en estilo y estructura (no en detalle), y (b) ser especialmente lindas. El uno no es difícil de lograr, pero el otro es más difícil, porque los "predilections" personales, especialmente en la estructura fonética de las lenguas, varía [sic] mucho... Entonces me he satisfecho a mí mismo" (Cartas:175-6). Esto en efecto quería decir que desde el momento en el cual descubrió galés y el finlandés, eran las influencias más importantes en sus propias construcciones lingüísticas.
Claro que tenía razón en observar que el gusto individual varía mucho. El idioma galés que amó tanto y en en cual modeló Sindarin, fue descrito una vez como "una cantidad de gruñidos y gárgaras" por un reportero noruego de radio. No obstante, mucha gente parece estar de acuerdo que los idiomas élficos son generalmente eufonios. Tolkien registró reacciones positivas: "Los nombres de personas y lugares en este cuento fueron compuestos por patrones deliberadamente semejantes a los de galés (muy similares pero no idénticos). Este elemento del cuento ha dado tal vez más placer a más lectores que ninguna otra cosa." (MC:197)
Pero estamos sobrepasando; regresemos al principio. Mientras todavía se luchaba la Primera Guerra Mundial, las construcciones lingüísticas de Tolkien definitivamente llegaron a ser idiomas élficos. El 2 de marzo 1916, Tolkien (quien tenía 24 años) escribió a su amada Edith para decirle que estaba trabajando en su "idioma absurdo de hadas -- a su mejoro. A menudo deseo trabajar en ello, y no me permito, porque aunque lo amo tanto parece un pasatiempo tan loco!" (Cartas:8) Loco o no, se rindió a su deseo, y trabajó en este pasatiempo toda su vida.
Exactamente en aquel momento, en 1916, mientras Tolkien estaba en hospital después de sobrevivir la batalla de Somme, escribió las primeras partes de su "mitología para Inglaterra" -- fragmentos de lo que un día llegarían a ser el Silmarillion. Al mismo tiempo, o sea un poco antes, escribió sus primeras listas de palabras élficas. Una cosa dio ímpetu a la otra: "La creación de un idioma y de una mitología son funciones relacionadas," observó en Un vicio secreto. "Su construcción de un idioma engendra una mitología" (MC:210-211). Otra vez, en una carta escrita muchos años después, un poco después de la publicación de SA: "La invención de idiomas es la fundación. Los 'cuentos' fueron hechos más para proveer un mundo para los idiomas que al revés. Para mí, un nombre se me ocurre primero, y el mundo sigue... [SA] es para mí... más que nada un ensayo en "estética lingüística', como a veces digo a gente que me pregunta '¿de qué se trata todo esto?'" (Cartas:219-20) Poca gente tomó en serio esta explicación. "Nadie me cree cuando digo que mi libro largo es un esfuerzo para crear un mundo en el cual una forma de lenguaje de acuerdo con mi estética personal pudiera parecer genuina," se quejó Tolkien. "Pero es verdad." (Cartas:264)

Desde el principio, había dos idiomas principales en su mitología: una que sonaba muy parecida al finlandés, y una parecida a galés. Diferentes de sus inspiraciones, eran relacionadas y se derivaron de un solo idioma primitivo. La lengua parecida al finlandés se llamó "qenya" desde el principio; una pequeña reforma de ortografía fue toda la diferencia entre este nombre y su nombre final. El otro idioma originalmente se llamó golgodrin o "gnómico", era i-Lam na-Ngoldathon o "la lengua de los gnomos". (Su forma más tardía, tan extensivamente revisada que no era en realidad el "mismo" idioma, se llamó noldorin mucho tiempo; solo mientras Tolkien terminaba SA se dio cuenta de que su nombre verdadero era sindarin. Pero véase abajo.) El primer léxico gnómico se publicó hace pocos años y resulta muy comprensivo, probablemente el "diccionario" más completo que Tolkien hizo para los idiomas élficos. El léxico "qenya" finalmente se publicó en 1998 (no publicado en castellano) y resulta otro documento muy comprensivo, como se ve en los índices presentados en esta página (o por glosas inglesas o por palabras qenya).
Pasaron los años y los cuentos del Silmarillion evolucionaron, pero parece que la relevancia de los diccionarios originales pronto decayó: Revisiones frecuentes inevitablemente los hiso obsoletos. A fines de los años treinta, sin embargo, Tolkien hizo una lista de algo así como setecientas "raíces" del élfico primitivo y algunas de sus derivaciones en idiomas más tardíos. Parece que fue esta lista, las llamadas Etimologías, al que se refirió cuando empezó a escribir SA (añadió a la lista algunas palabras y nombres de esta obra, e.g. mith "gris" y rhandir "peregrino", que juntos dan Mithrandir). Las Etimologías fueron publicadas en su totalidad por Christopher Tolkien en CP, p. 347-400. Una entrada típica va así:

 

MBUD- project. *mbundu: Q mundo snout, nose, cape; N bund, bunn. Cf. *andambundâ long-snouted, Q andamundalephant, N andabon, annabon.

 

Aquí tenemos formas arcaicas (debidamente con asteriscos por ser "no atestados"), con los descendentes de estas formas en Q (quenya) y N ("noldorin", es decir, sindarin). Esto nos conduce a la técnica empleada por Tolkien en inventar sus creaciones lingüísticas. ¿Cómo fue hecho?

 

La técnica de Tolkien

Christopher Tolkien describe la estrategia de su padre como inventor de lenguas en una frase formidable: "No 'inventó' nuevos palabras y nombres arbitrariamente: in principle, devisó desde dentro de la estructura histórica, procediendo de las 'bases' o raíces primitivas, añadiendo sufijo o prefijo o formando palabras compuestas, decidiendo (o, como él habría dicho, 'dándose cuenta de') cuando la palabra entró en la lengua, siguiéndola tras los cambios regulares de forma que habría sufrido, y observando las posibilidades de influencia formal o sem´ntica de otras palabras en el curso de su historia." El resultado: "Tal palabra existiría para él entonces, y lo sabría."(CP:342)
Se puede usar los números élficos como ejemplo de este proceso. Considere las raíces primitivas para los números 1-10, y las palabras derivadas de estas raíces como aparecen en quenya y sindarin:

1: MINI: Q minë, S min
2: AT(AT): Q atta, S tad
3: NEL(ED): Q neldë, S neledh
4: KÁNAT: Q canta, S canad
5: LEPEN: Q lempë, S leben
6: ÉNEK: Q enquë, S eneg
7: OTOS/OTOK: Q otso, S odog
8: TOL-OTH/OT: Q tolto, S toloth
9: NÉTER: Q nertë, S neder
10: KAYAN/KAYAR: Q cainen, S caer

(También habí raíces para 11 y 12, debido a que los elfos parecen haber usado un sistema duodécimo para contar casi desde el momento en que empezaron su existencia, pero esto basta para nuestro propósito.) Se puede observar como Tolkien cambió las raíces originales según reglas fijas y calculó sus formas en idiomas élficos más tardíos. Por ejemplo, una regla es que en sindarin las sordas p, t, k se convirten en las sonoras b, d, g cuando siguen una vocal: entonces leben viene de la raíz LEPEN, eneg de ÉNEK y neder de NÉTER. En quenya, la regla es que las plosivas sordas se queden sin cambio, entonces en alto-élfico las formas son lempë (de la raíz LEPEN- tras *lepne y *lenpe?), enquë (i.e. enkwe), y nertë. Por el contrario, el quenya tiene una regla que la -i corta final se convierte en -e, entonces tenemos minë de MINI. El sindarin pierde la vocal para producir min. Estas y otras reglas para cambio de sonidos se diseñaron para que los idiomas que resultaban tuvieran el tipo de música que quería Tolkien: uno acercándose a la fonología finlandés, mientras el otro llegó a sonar muy parecido a galés.
Christopher Tolkien nota que su padre consideraba "las posibilidades de influencia formal o semántica de otras palabras en el curso de su historia". Los números nos dan un ejemplo de esto, también. Según las Etimologías, la palabra sindarin para "tres" era originalmente neledh como en la lista arriba. Pero más tarde se convirtió en neled porque fue "influenciado" por canad "cuatro". (Se imagina un elfo contando min, tad, neledh, canad; ¡un día empieza a decir neled, canad!)

Pero no importa que Tolkien jugase con cambios de sonido y no solamente inventó nuevas palabras y nombres arbitrariamente -- las palabras todavía tienen que venir de alguna fuente. ¿Eran, al fin y al cabo, arbitrarios? Muchas veces no. Cuando el Daily Telegraph entrevistóa Tolkien en 1968 y Tolkien logró leer una versión preliminaria de la entrevista antes de su publicación, se horrorizó cuando descubrió que había escrito lo siguiente: "Cuando se inventa un idioma, más o menos se lo agarra del aire. Se dice boo-hoo y esto significa algo." Esto no fue para nada lo que quería decir; no estaba seguro de que lo había dicho. Explicó con cuidado que hizo palabras basadas en predilecciones personales, su guía siendo lo que pensaba fonológicamente apropiado. (Cartas:375) Se puede discutir cuán "personales" estas asociaciones eran. Muchos probablemente estarían de acuerdo que muchas palabras élficas parecen caber con sus significados de alguna manera: elen "estrella", menel "cielo", vanya "bello", wen o wend "dama", lótë "flor", masta "pan". (Claro que se puede no estar de acuerdo, también: el escritor de esto piensa que MOR, la raíz bien conocida para "negro", suena marrón -- y ¿cómo podía pensar Tolkien que carnë quiere decir "rojo"? Para mí, la palabra suena verde!)
Tolkien ha explicado la base de algunas de sus predilecciones: "El elemento (n)dor, 'tierra', probablemente debe algo a nombres como Labrador (un nombre que puede ser sindarin en cuanto a estilo y estructura)" (Cartas:383-4). También nos cuenta como GON(O), GOND(O) llegó a ser la palabra élfica para "piedra" (como en Gondor "tierra de piedras", Gondolin ("canción de piedras"): Cuando tenía ocho años, Tolkien leyó un libro que dijo que no se sabí nada de la lengua de las tribus pre-célticas y pre-romanas, excepto posiblemente ond "piedra". El joven John Ronald Reuel pensaba que esta palabra "cabó con su significado", y entonces lo recordó y lo empleó en sus idiomas inventados muchos años más tarde: sindarin gond o gonn, quenya ondo. (Cartas:410. El libro que le dio a Tolkien la palabra ond fue al final identificado en Vinyar Tengwar #30: Celtic Britain por el profesor John Rhys, que según Carl F. Hostetter y Patrick Wynne "consiste en más de 300 páginas de tipografía densa, y no omite ni discusión etimológica, ni pasajes en latín sin traducción, ni palabras griegas sin transliteración". Esto fue la lectura preferida de Tolkien a la edad de ocho años.)
Muchas palabras élficas se escogen de una variedad amplia de fuentes: "boca" es hebreo, "no" es árabe, nér "hombre" del idioma reconstruido indo-europeo, ken- "ver" se parece al chino "kan", y roch "caballo" recuerda al verbo hebreo râkháv "montar a caballo". la raíz ÑGAR(A)M da (al lado de quenya narmo y sindarin garaf) la palabra doriathrin garm, Garm siendo uno de los nombres del enorme lobo Fenris que frecuenta la mitología nórdica. Y no solamente el nórdico viejo, sino tambiín los idiomas modernos escandinavos parecen representarse: la palabra quenya varya "proteger" es sospechosamente similar al noruego verge, verje; "saeta" es pil en escandinavo y pilin en quenya, y mientras quenya mat-/sindarin medi quiere decir "comer," noruego/sueco mat, danés mad quiere decir ¡"comida"! Dado que una de las influencias más importantes en los idiomas de Tolkien fue el finlandés, se puede preguntar si Quendi como nombre para los elfos tiene algo que hacer con kvener, un nombre antiguo escandinavo para los finlandeses. Si hay algún factor interno que nota que los idiomas de Tolkien son ficticios, tiene que ser que algún "plagiarismo" se ve en el vocabulario. Pero Tolkien admitió libremente que no intentó evitar la influencia de idiomas del mundo normal. Al fin y al cabo, hizo idiomas para su propio placer, no para engañar otros y hacerles pensar que los idiomas eran "verdaderos".
Tolkien probablemente hesitaba menos en construir palabras arbitrariamente cuando devisó los pocos fragmentos de idiomas no élficos, como el "habla negra" de Sauron y también el idioma adûnaico (elaborado en estructura pero no en vocabulario). O por lo menos así pensó. La palabra del habla negra nazg "anillo" (empleado en Nazgûl, "Espectro del Anillo") parece un préstamo inconsciente de gaélico nasc del mismo significado (Cartas p. 385). A diferencia de los idiomas élficos, el habla negra se construyó lo más fea posible, y a Tolkien no le gustó el gaélico (otro ejemplo de su gusto lingüístico finamente afinado -- dejando aparte hablantes nativos, ¿cuánta gente puede diferenciar galés y gaélico?).
Tolkien insistió en que "claro que todos los nombres del libro, y los idiomas, son construídos, y no al azar" (Cartas: 219). Pero hay algunos nombres escogidos "al azar". Una nota reproducida en WJ p. 318 sugiere que Tolkien no sabía lo que querín decir los nombres Amloth y Ecthelion cuando primero los utilizó, pero gracias a que "suenan bien y se han imprimido", se puso a descubrir sus significados. Pero el nombre Eöl fue demasiado difícil: "No es en realidad absolutamente necesario que los nombres sean significantes"! (WJ p. 320)

 

La cuestión cuestionable de estabilidad

Sin embargo, los idiomas de Tolkien cambiaron de otras maneras que los cambios simulados dentro de la historia imaginada. En MC p. 218-9, Tolkien observa que "si se construye la lengua artística sobre reglas escogidas" se puede escribir poesía en aquella lengua "con tal de que se la fije, y se siga las reglas valientemente, resistiendo la tentación del tirano supremo de cambiarlas".
Tolkien no siguió valientemente sus propias reglas. Tolkien no resistió la tentación del tirano supremo.
Nunca llegó a "terminar" sus idiomas. La única cosa que finalmente aseguró la estabilidad total fue su muerte en 1973. En FTE p. 240, el personaje Lowdham habla por Tolkien mismo: (busque traducción)
Esto es precisamente lo que hizo Tolkien mismo. Durante su vida revisaba, revisaba, revisaba. En las palabras de su hijo, "Las historias lingüísticas fueron... inventadas por un inventor, quien libremente cambió la historia del mundo en el que tomaron lugar, y lo hizo abundantemente... Además, las alteraciones en la historia no se "confined" a "features" de desarrollo lingüístico 'interior': la concepción 'exterior' de las lenguas y sus relaciones cambió, incluso profundamente" (CP:341-42).
El sindarin es un buen ejemplo de ideas cambiadas acerca de la historia exterior de las lenguas. El escenario "laid out" en los apéndices a SA dice que sindarin es la lengua de los Sindar, los elfos grises -- los elfos que vinieron a Beleriand de Cuiviénen, pero no sobrepasaron la mar a Valinor. Pero en los apuntes de Tolkien antes de SA, sindarin se llama noldorin, y antes de esto gnómico, porque esto fue la lengua de los noldor o "gnomos", los "elfos sabios". Se desarrolló en Valinor, mientras quenya en el escenario anterior era la lengua de los lindar, la primera de las tres tribus de los eldar (para complicar el asunto aún más, los lindar cambiaron de nombre a los vanyar, mientras lindar se convirtió en un nombre del tercer clan, los teleri...) Pero en aquel momento Tolkien tenía que haberse dado cuenta de que los elfos, inmortales, apenas desarrollarían idiomas radicalmente diferences mientras vivían juntos en Valinor. Entonces según el escenario revisado, los vanyar y los noldor ambos hablaban quenya con pequeñas diferencias dialectales; mientras la lengua noldorin que ya había creado Tolkien simplemente cambió de nombre a sindarin, se trasladó de Valinor a la Tierra Media, y se mudó a las bocas de los elfos grises allí. Era, claro, mucho más plausible que ellos habían desarrollado una lengua muy diferente de quenya, separados de sus parientes en Valinor por miles de años. Christopher Tolkien comenta, (busque traducci—n) (CP:346).
Pero también el vocabulario, la fonología, y la gramática de las lenguas fueron revisados repetidamente. Considere estas líneas de un poema temprano quenya, publicado en MC:213-14:

Man kiluva lómi sangane,
telume lungane
tollalinta ruste,
vea qalume,
mandu yáme,
aira móre ala tinwi
lante no lanta-mindon?

 

"¿Quién verá las nubes reunirse, los cielos doblándose sobre cerros desmenuzándose, la mar solevándose, el abismo bostezando, la vieja oscuridad más allá de las estrellas cayendo sobre torres caídas?"
Esto fue escrito en 1931. Mucho más tarde, probablemente en los años sesenta o aún los años (necesariamente) tempranos de los setenta, Tolkien re-escribió este poema. Literalmente lo tradujo del "qenya" temprano al "quenya" maduro, el quenya en el cual el idioma se había convertido en treinta años de revisiones. Ahora estas líneas van así, aunque con idéntico significado:

Man kenuva lumbor ahosta
Menel aköna
ruxal' ambonnar,
ëar amortala,
undume hákala,
enwina löme elenillor pella
talta-taltala atalantië mindonnar?

Se ve que la única palabra que es la misma en ambos textos es man "¿quién?"; también hay la terminación del futuro -uva en kiluva > kenuva "verá". Es una cuestión abierta si un elfo hablando el "qenya" de los años veinte y treinta sería capaz de seguir una conversación en quenya maduro.
No solamente palabras, pero también terminaciones gramaticales eran susceptibles de revisión. En las Etimologías, hay varios ejemplos de "qenya" con el genitivo en -n, e.g. Ar Manwen "día de Manwe" (CP:368). Pero en el SA publicado, -n se ha convertido en la terminación del dativo, mientras el genitivo ahora termina en -o. ¿Suena mas "genitiva" la terminación -o que -n? Un día, Tolkien tuvo que haber decidido precisamente esto.
Algunas palabras sufren una inversión total de significado. Sabemos que los avari son los elfos que se negaron a dejar Cuiviénen para ir a Valinor. Pero las Etimologías muestran que Tolkien originalmente quería que avari ¡fuera el nombre de los elfos que fueron! El nombre Fëanor existió en un etapa muy temprano, pero no siempre significó "espíritu de fuego" como se lo traduce en el Silmarillion. En las Etimologías se lo interpreta como "sol radiante", del más antiguo *Phay-anâro (CP:381). Antes de esto, en las listas más tempranas de palabras, quería decir "goblet-smith" (El Libro de los Cuentos Perdidos I, p. 253).
Incluso cuando ya se había imprimido algo, Tolkien no siempre podía resistir la tentación de seguir enredándose. En la primera edición de SA, el saludo de Frodo a Gildor fue elen síla lömenn' omentielmo. Más tarde, Tolkien decidió que la última palabra debía ser omentielvo, y esta forma fue empleado en ediciones más tardías. (Uno de los pioneros en el estudio del élfico, Dick Plotz, se horrorizó cuando vio la nueva forma. Pensó que el editor norteamericanos, Ballantine, se habían equivocado y les convenció que debieran corregir el error. En la próxima edición el editor -- necesariamente sin competencia en este asunto -- introdujeron la forma omentilmo, que no significa nada: ¡incluso esfuerzos honrados conducen a consecuencias tristes!)
No obstante: los cambios y revisiones más amplios sin duda ocurrieron antes de mediados de los años treinta. En cuanto al idioma "gnómico" original de más o menos 1915, Tolkien lo consideró solamente un "idioma que últimamente llegó a ser él del tipo que se llama sindarin", y su "qenya" más temprano ahora consideró "muy primitivo" (The Peoples of Middle-earth p. 379). Pero con la apariencia de las Etimologías a mediados de los años treinta, la casi-madura forma de q(u)enya y "noldorin" = sindarin se fijaron, y los cuarenta años restantes de la vida de Tolkien se gastaron ajetreándose en nimiedades.

 

Estudiantes, imitadores, satiristas y escritores

¿Cómo van los idiomas de Tolkien hoy, entonces, cuando hace un cuarto de siglo que su inventor fue a las estancias de Mandos? Algunos entre nosotros hemos embarcado en el estudio del élfico, tal vez con algo así como la misma actitud de una persona divirtiéndose con un crucigrama bien hecho: El hecho mismo de que ninguna gramática verdadera del élfico se ha publicado crea un reto fascinante, la de descubrir el código". O puede ser romanticismo puro, una forma especial de imersión literaria: por estudiar los idiomas Eldarin, uno intenta acercarse a -- de hecho, entrar en las mentes de -- los elfos inmortales, bellos y sabios, los Primogénitos de Eru Ilúvatar, maestros del Hombre en su juventud. O, menos romántico, se quiere estudiar las construcciones de un lingüista con talento y el proceso de creación de un genio ocupado en su labor de amor. Y muchos nada más se gozan de los idiomas élficos del mismo modo que se goza de m&uuacutesica, como elaborados y (según los gustos de mucha gente) gloriosamente exitosos experimentos en la eufonía. Sea lo que sea la motivación del estudiante, el estudio sin duda enseña: para describir apropiadamente los idiomas de Tolkien, hay que familiarizarse con mucha terminología lingüística. (El escritor presente apenas se habría familiarizado íntimamente con tales términos y conceptos como alativo, ablativo, locativo, svarabhakti, asimilación, lenición, y muchos más si no los necesara en el estudio del élfico. Una vez impresioní a una de mis maestras con mi familiaridad con los patrones de lenición de galés. ¿Cómo sabríalla que mis ejemplos en realidad se basaron en sindarin?) Se ha sugerido además que algunos de las visiones de Tolkien como lingüísta son enterrados en sus idiomas, esperando desenterramiento. La Modern Language Association International Bibliography decidió que el estudio del élfico fue bastante serio para incluir Vinyar Tengwar, el periódico del Elvish Linguistic Fellowship, en su índice.
Además, se puede facilmente demostrar que la nomenclatura de SA ha inspirado a otros escritores de fantasía -- en este género, los nombres a menudo tienen un estilo distintamente céltico o galés. Se encuentra incluso préstamos directos de morfemas. Alguna gente se ha dado cuenta, leyendo ejemplos como Eriador, Gondor, Mordor, que el elemento -dor quiere decir "país, tierra", y en las novelas de fantasía, se encuentra no pocos países con nombres que terminan en -dor. Cf. por ejemplo la tierra dorada de Elidor de Alan Gardner. Existe una historieta fantástica noruega, Ridderne av Dor o "Los caballeros de Dor", que satiriza este fenómeno: los países tienen nombres como Condor, Matador, y "Glassdor" (en inglés, se puede leer este último como "puerta de vidrio"). Unas parodias aparecieron mientras vivía Tolkien; considere esta, a ver..., versión de A Elbereth Gilthoniel del Bored of the Rings. Escolares prominentes del élfico, como Arden R. Smith y Anthony Appleyard, han analizado este texto tan en serio como no merece.
Intentos más serios de escribir textos élficos -- generalmente en verso -- también se han publicado tras los años. Cierto que se puede ahora juntar una pequeña antología de tales composiciones. Entonces, un pequeño cuerpo de literatura élfica existe hoy en día. Claro, no se puede saber lo que habría pensado Tolkien de tales textos recién escritos. Apenas se puede dudar que si volviera de la muerte, pronto se mantendría ocupado con lápiz rojo.
Pero cuando se publique los papeles de Tolkien, y nuestro conocimiento de quenya y sindarin se complete -- las lagunas son todavía enormes -- tal vez será posible escribir textos largos en élfico. En su revista Tyalië Tyelelliéva, Lisa Star ha declarado con audacia que "el meta final es la renascencia de los idiomas élficos para el habla, la escritura, y el arte." Realista o no, Tolkien lo merece: una vida de trabajo queda por hacer sobre la vía larga de nevbosh hasta los maduros quenya y sindarin. Seríal monumento final a los esfuerzos de Tolkien si se podría vivificar sus amados idiomas -- y de veras seríal único monumento adecuado para un hombre que tenía que inventar un mundo entero solamente para tener un lugar donde la gente pudiera saludarse con las palabras Elen síla lümenn' omentielvo.

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